viernes, 9 de diciembre de 2011

Time to change

Ayer vi In time. La película es de ciencia ficción, y es una especie de mezcla futurista de Robin Hood y Ronnie and Clyde, además de hacer una crítica a la sociedad actual, por la cual se ha llegado a un mundo en el que la moneda de cambio es el tiempo de vida y los ricos han conseguido casi la inmortalidad. Justin Timberlake y Amanda Seyfreid representan las dos caras de la moneda de la nueva sociedad. Will Salas (Justin) es del barrio pobre, y lleva tres años luchando con mantenerse con tiempo, hasta que consigue que un rico le regale un siglo antes de suicidarse. Will se infiltra entre los ricos y allí conoce a Sylvia (Amanda), una hija de un millonario. Cuando el Guardián del Tiempo (la policía) acusa a Will de haber robado tiempo, este se fuga con Sylvia y juntos se convierten en un equipo de ladrones que roban tiempo a su propio padre y a los bancos para dárselo a los pobres.
La película es entretenida, pero el final ni siquiera parece un final, lo dejan demasiado abierto. Lo bueno de la película es que sirve para preguntarnos si el sistema social en el que estamos envueltos realmente funciona. La respuesta es bastante fácil y clara. No. La crisis es la comprobación de que el sistema actual no es el adecuado. Toda esa especulación y dominio de los bancos y de los gobiernos tenía que explotar algún día. Lo surrealista de la crisis es que después de explotar sigamos creyendo en los banqueros, que son los que generaron la crisis, y les estemos dando dinero público a espuertas para que sigan beneficiándose de los que menos tienen.
¡Es hora de cambiar! De cambiar nuestra actuación, nuestra sociedad. En los últimos meses hemos visto los movimientos que se han producido en España (15-M) y que se expandieron por todo el mundo con el 15-O. Apoyémoslos. Si todos ponemos nuestro granito de arena conseguiremos que todo esto cambie, ¡que los banqueros y los políticos se enteren! ¡Que no somos marionetas! ¡Que nos oigan!

It's time to change. We can do it if we are together.

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