sábado, 29 de octubre de 2011

El hombre invisible (Relato de Halloween)

Era la noche de Halloween. Fuera hacía un frío que pelaba, y los niños eran los únicos que se atrevían a salir para llamar a las casas diciendo "truco o trato". Nosotros decidimos refugiarnos en la buhardilla de Rafa.
Éramos tres. Solo una chica. Bueno, la chica. Esa chica, Marina, nos había hecho pelearnos más de una vez. Ella lo sabía, pero hacía como si no se enterara. Nos miraba, a los dos, uno por uno.
- Bueno, ¿qué hacemos?
- Pues no sé, ¿vemos una peli de miedo?
Película de miedo en Halloween. Lo típico. En el sofá los tres. En cuanto le dimos al play empezó a sonar el timbre de la puerta.
- Ya están los niños. No pienso bajar.
- Venga Rafa, ¿no has tenido infancia? Yo bajo.
Claro, al levantarse Marina, todos la seguimos. El timbre seguía sonando. Abrimos la puerta del chalet desde dentro, pero nadie entró. Nadie. No había nadie. Y el timbre seguía sonando.
- Creo que este va disfrazado de hombre invisible.-dijo Rafa.
Marina le miró con cara de pocos amigos. En su mirada había un atisbo de miedo.
- Bah, esto es una broma. Vámonos. Pero yo no pienso bajar más.- dijo Rafa.
Volvimos a la buhardilla. Otra vez al play. Cuando ya habían pasado los créditos iniciales y comenzaban las primeras escenas, nos interrumpió el teléfono.
- ¿Sí? ... ¿Sí? ... ¿Oiga? ... ¿Quién es? ... - Rafa colgó. - Me estoy empezando a cansar de las malditas bromas. Por tercera vez reanudamos la película.
Marina se acurrucó a mi lado. Rafa me miró con cara de envidia y de ira. Fuera comenzaba a llover, y se oían los relámpagos.
La película comenzaba con una niña que había muerto atropellada por un tren. Sin embargo, varios meses después su madre la veía por todos lados agarrada de la mano de otra mujer. Ella las seguía siempre, pero nunca las alcanzaba. Una vez la mirada de la madre se cruzó con la de la niña pero...
¡La luz! Lo que faltaba. Cuando se estaba poniendo interesante. Marina cada vez estaba más cerca, y cuando se fue la luz se le escapó un grito. Rafa encendió un mechero.
- Voy a por unas velas.
Cuando Rafa bajó Marina se abrazó a mí y me susurró:
- Tengo miedo. Primero el timbre, luego el teléfono, ahora la luz.
- El timbre fue una broma, el teléfono se habrían equivocado, y la luz se fue por la tormenta. - la consolé yo.
Oí su sollozo en la oscuridad, y sentí el calor de su cuerpo contra el mío. Luego noté sus labios en los míos. Sus lágrimas mojaron nuestras mejillas... Hasta que llegó Rafa con las velas. Nos separamos bruscamente, mientras él nos miraba con una mezcla de rencor y tristeza.
Marina se había ruborizado exageradamente y yo, supongo que también. Rafa puso las velas en la mesa, y se dejó caer en el sofá. Marina y yo nos miramos, sin saber qué decirle.
Otra vez el teléfono. Como vi que mi amigo no hacía amago de levantarse para cogerlo, fui yo.
- ¿Sí?
Al otro lado de la línea escuché una voz áspera, ronca y siniestra.
- ¿Truco o trato?
Esperé un momento, antes de decir:
- No, se ha equivocado.
Ella me miraba expectante y asustada.
- ¿Qué ha dicho?
- Nada, se había equivocado de número.
Rafa ni se enteraba de nuestra conversación. Me gustaría saber qué pasaba por su cabeza en ese momento. Las velas dejaban en penumbra la buhardilla y le conferían un ambiente siniestro.
Y otra vez el teléfono. Y la misma voz ronca que hacía la misma pregunta:
- ¿Truco o trato?
Esta vez me lo pensé.
- Trato. - contesté.
Esta vez colgó él.
- ¿Por qué has dicho trato?
- Me ha preguntado "truco o trato".
- ¿Qué clase de llamada es e...?
No le dio tiempo a acabar la frase. La ventana triangular se abrió y el aire que entró hizo que se apagaran las velas. Me saqué el mechero del bolsillo. Siempre me aconsejaba dejar de fumar, pero nunca lo cumplía.
- ¿Marina? - la llamé, mientras la buscaba en la oscuridad. Fui hacia donde estaban las velas, y la encendí.
No estaba. No estaba. Solo estaba ahí Rafa, igual que cuando se tiró al sofá. Parecía en otro mundo. Pero ella había desaparecido. La ventana seguía abierta.
Entonces lo vi. En el suelo. La sangre. El mensaje. Eran solo dos palabras. "Trato hecho".
- ¡Rafa! ¡Rafa! ¡Que Marina ha desaparecido! ¡Se la han llevado! - le gritaba, pero el seguía en su ensimismamiento. Me miró sin mirarme y me dijo:
- Que te den.
Antes de bajar, miré por la ventana, no había rastro de Marina ni de ninguna otra persona. Bajé las escaleras de cuatro en cuatro. Salí corriendo afuera. Con el viento la puerta de fuera de la calle se cerró.
Vale. Ahora estaba solo, mojándome, y allí no había nadie. El hombre del teléfono y Marina se habían esfumado, como si se hubiesen desintegrado. Cogí aire, y con todas mis fuerzas grité:
- ¡Marina!
Nadie me contestó, solo recibí silencio a cambio del esfuerzo que había hecho. Y allí me caí, al borde de la acera. Empapándome. Pero no me importaba. Había desaparecido. Ya no estaba...
A apenas unos metros distinguí algo. Era una foto. La observé. Estaba calada, pero se veía lo que era... Una foto de ella, Rafa y yo. Estaba hecha hace unos meses. Por detrás ponía: "Os quiero".
Me quedé en ese mismo sitio, mientras veía como venía la policía, los padres de Marina, los padres de Rafa, mis padres y los vecinos salían a la calle bajo grandes paraguas para enterarse de qué causaba tanto revuelo.
En cuanto a Rafa, nunca me volvió a hablar. Me echaba la culpa de que ella hubiera desaparecido. La policía no resolvió nada. Pero yo sabía que había sido él, el que había llamado por teléfono. Aquel "hombre invisible".


FELIZ HALLOWEEN

lunes, 24 de octubre de 2011

viernes, 21 de octubre de 2011

Huelgas, pancartas y manifestaciones.

Hoy quería comentar algo que me asombra: la gente no sabe lo que significa "huelga". He visto y oído que mucha gente se cree que "huelga" significa "bien, no tenemos clase". Las huelgas siempre tienen un propósito... y si es para faltar a clase, no hagas huelga. En este caso la huelga es por la educación pública, y creo que todos deberíamos luchar por algo que es nuestro por derecho.
Además, hay que ir a las manifestaciones, cuanta más gente, ¡mejor! Yo voy a la de mañana, y esta tarde vamos a hacer las pancartas.

Por último termino con esta frase que he escuchado hoy en CMC (Ciencias del Mundo Contemporáneo):
"Al que más tiene más se le dará, y al que menos tiene, se le quitará para dárselo al que más tiene."
San Mateo

domingo, 16 de octubre de 2011

Distinto

Para inaugurar mi blog, pongo esta poesía, de la que viene el nombre del blog:
Lo querían matar
los iguales,
porque era distinto.

Si veis un pájaro distinto,
tiradlo;
si veis un monte distinto,
caedlo;
si veis un camino distinto,
cortadlo;
si veis una rosa distinta,
deshojadla;
si veis un río distinto,
cegadlo...
si veis un hombre distinto,
matadlo.

¿Y el sol y la luna
dando en lo distinto?
Altura, olor, largor, frescura, cantar, vivir
distinto
de lo distinto;
lo que seas, que eres
distinto
(monte, camino, rosa, río, pájaro, hombre):
si te descubren los iguales,
huye a mí,
ven a mi ser, mi frente, mi corazón distinto.

Juan Ramón Jiménez, Distinto

También acorde a este poema, pongo la dedicatoria de un libro que me encantó: "Si tu me dices ven lo dejo todo... pero dime ven" de Albert Espinosa, que dice así:
"Dedicada a todos los que siguen queriendo ser diferentes y luchan contra aquellos que desean que seamos iguales".

Se ríen de mí porque soy diferente, yo me río de ellos porque son todos iguales
Kurt Cobain